MÁLAGA
El temporal que azota a la provincia de Málaga desde hace ocho días comenzó en Nochebuena a hacer estragos. Las lluvias causaron cuantiosos daños en los pueblos y en el campo. Las crecidas de ríos y arroyos provocaron inundaciones en calles y viviendas, y numerosas familias tuvieron que ser desalojadas. Entre el jueves y ayer viernes, el Consorcio Provincial de Bomberos de Málaga realizó casi un centenar de intervenciones en veinte municipios de la provincia como consecuencia del agua y del viento. Ayer tarde lo hicieron en Arriate, Ronda y Antequera, donde se inundó el exterior del crematorio. En la Costa occidental, lo más reseñable fueron las ramas y troncos llegados a algunas playas tras ser arrastrados por ríos y arroyos.
Por otro lado, dos carreteras están cortadas desde ayer tarde por desprendimientos debido a la lluvia y al viento. Se trata de la MA-8307, a la altura de Jimera de Líbar, y la A-7205, en Trapiche (Vélez-Málaga).
Serranía de Ronda
Plan de emergencia con poblaciones incomunicadas
El Ayuntamiento de Ronda activó el Plan de Emergencia Municipal a primera hora del jueves, lo que supuso la movilización de los distintos cuerpos de seguridad, Protección Civil y servicios municipales. Los bomberos realizaron 38 intervenciones entre las 09.00 horas del día 24 y las 09.00 horas de ayer. Las principales salidas fueron por inundaciones en viviendas, aparcamientos subterráneos, locales comerciales y hoteles, desprendimientos de tierra, tendidos eléctricos afectados, caída de árboles y retirada de elementos peligrosos en fachadas y edificios. Los barrios más afectados han sido San Francisco, La Planilla y Las Peas, donde el agua llegó a alcanzar el medio metro de altura. Se tuvieron que cerrar los parques de la Alameda y de San Rafael, así como el 'parking' del Castillo, en pleno centro histórico.
Pero la peor parte en Ronda se la han llevado las zonas rurales como las pedanías de La Indiana y Huertas Nuevas. El desbordamiento del ro Guadalevín, en su punto de unión con el Guadalcobacín, provocó la inundación de unas quince casas y el destrozo de los cultivos. La crecida del río estuvo a punto de sobrepasar el puente de La Indiana, arrastrando troncos y ramas.
Anoche, los vecinos de zonas rurales cercanas a Ronda como El Rosalejo, Navares y Tejares, y el Tajo del Abanico, seguían incomunicados, ya que la lluvia provocó el destrozo de los caminos de acceso a sus viviendas. Las intensas precipitaciones originaron un socavón de seis metros de profundidad en el Tajo del Abanico. La situación afectó a doce personas y a los visitantes que se alojaban en un hotel próximo. En la zona de Navares y Tejares, la crecida del Guadalevín también provocó la inundación de una nave industrial de pinturas.
Jimera de Líbar
Jimera de Líbar, muy próximo al río Guadiaro, ha sido uno de los pueblos más afectados. Ayer se volvieron a desalojar a seis familias que viven en la zona ante la nueva subida del nivel del agua, que ya provocó inundaciones en la Nochebuena, llegando a alcanzar el agua un metro de altura en las casas.
La alcaldesa de Jimera de Líbar, Mayte Domínguez, confesó que no se recordaba una situación igual desde el año 1947. «Hay numerosos daños en infraestructuras, en los muros y pavimentos. Todo el trabajo de limpieza del fango que realizamos en Nochebuena no ha servido para nada porque está subiendo de nuevo el nivel del agua», señaló. Las seis familias fueron alojadas en un hotel del pueblo.
Cortes de la Frontera
La crecida del río Guadiaro también dejó su rastro a su paso por La Cañada del Real Tesoro, en el municipio de Cortes de la Frontera. La jornada de Nochebuena se vivió con la calle central inundada por un metro de agua. Se tuvieron que desalojar a doce personas de sus casas y fueron acogidas por sus familiares. Incluso, durante la Nochebuena quedó cortada al tráfico la carretera que une el puerto del Espino con Cortes de la Frontera debido a que el río Guadiaro alcanzó el puente. En El Colmenar, núcleo urbano que depende igualmente de Cortes de la Frontera, también fue necesario el desalojo de tres viviendas que se inundaron en Nochebuena. El alcalde de Cortes de la Frontera, Francisco Márquez, aseguró que son cuantiosos los daños en infraestructuras.
La Axarquía
Coches arrastrados por el agua y playas dañadas
En la comarca de la Axarquía, la lluvia y el viento también se hicieron notar. La fuerte crecida del cauce bajo del río Chíllar, en Nerja, arrastró dos coches aparcados en una de las márgenes. Los vehículos quedaron totalmente sepultados a la altura del puente nuevo de la N-340. En Maro, un hombre se estrelló con su avioneta al intentar aterrizar en una zona agrícola. A pesar de lo aparatoso del siniestro, salió ileso, aunque la aeronave quedó destrozada. Las playas nerjeñas también sufrieron los efectos del temporal, con miles de toneladas de cañas y troncos desde El Playazo hasta Burriana.
En Torrox se repitió la misma estampa en la playa de Ferrara, que fue engullida literalmente por el temporal. En las carreteras hacia Nerja (por la costa) y Frigiliana (por el interior) hubo varios desprendimientos de rocas y tierra, que obligaron a actuar a los bomberos.
En Alfarnate lo más destacado fue el desbordamiento del río Sabar, en la mañana del día 24. Durante unas dos horas, el agua superó los tres metros de altura y anegó un centenar de casas situadas junto al cauce, arrastrando enormes piedras y varios coches. Los bomberos tuvieron que rescatar, además, a dos vecinos que quedaron atrapados en un vehículo.
La intensidad de la lluvia en la Axarquía provocó igualmente problemas en las carreteras de acceso a otras localidades como Árchez y en la carretera de Canillas de Aceituno y Sedella, en la que, según fuentes municipales, será necesario trabajar durante varios días para restablecer la normalidad.
Fuente: Diariosur.es

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